CABARETS Y CUPLÉS. Música Urbana I

Cabaret o cabaré es una palabra de origen francés cuyo significado original era taberna, pero que pasó a utilizarse internacionalmente para denominar una sala de espectáculos, generalmente nocturnos, que suelen combinar música, danza y canción, pero que pueden incluir también la actuación de humoristas, ilusionistas, mimos y muchas otras artes escénicas.


Moulin Rouge, París.
Se distingue de otros locales de espectáculos, entre otras cosas, en que los cabarets tienen un bar, cuando son pequeños, y un bar y un restaurante, cuando son grandes. Durante las actuaciones, se puede comer y beber, o conversar con otros espectadores.

El público de los cabarets aplaude, con frecuencia, espectáculos atrevidos, tanto políticos como sexuales. Fue donde aparecieron los primeros travestís en un escenario y también donde se presentaron las primeras pantomimas de homosexuales y lesbianas.


Una de las más famosas fue, seguramente, la pantomima lésbica (pantomime lesbienne) Rêve d'Égypte (Sueño de Egipto), protagonizada por la actriz y pin-up Colette, que luego llegaría a ser una novelista famosa, y por la Marquesa de Morny, arqueóloga. El espectáculo se presentó en el Moulin Rouge en 1907.

Estaba previsto hacer 10 representaciones, pero sólo pudo hacerse la primera, porque la Policía amenazó con cerrar el local.

El café-concert, nacido con la Revolución Francesa, se popularizó en la segunda mitad del siglo XIX. Eran lugares donde la gente iba exclusivamente a bailar y a divertirse; pero los creadores de los primeros cabarets querían algo más intelectual y más inconformista, locales que fueran adecuados para los cantautores o donde, por ejemplo, se pudiera bailar el can can, baile creado a mediados del siglo XIX que a muchas personas les parecía escandaloso y, además, demasiado difícil, y, por lo tanto, completamente inadecuado para un café-concert.

Los primeros cabarets (1881-1923)

Le Chat Noir (Caveau Artistique, bodega artística), fundado en el barrio bohemio de Montmartre de París en 1881, fue el primer cabaret famoso.Entre sus clientes habituales había muchos escritores, pero la mayoría eran pintores y estudiantes de Bellas Artes. Solían actuar cantautores, como Aristide Bruant, y también se presentaban espectáculos de teatro de sombras.

En 1889 en el barrio rojo parisino de Pigalle fue construido el Moulin Rouge (Bal du Moulin Rouge, Baile del Molino rojo), donde lo más característico eran las bailarinas de can can. Solían tener nombres artísticos extravagantes.

El primer escándalo notable en el Moulin Rouge fue en 1893, cuatro años después de su inauguración, por un desfile de Quat'zarts (carnaval),
organizado por los estudiantes de Bellas Artes.



Henri Guillaume, como director del desfile, y Sarah Brown y Manon, acusadas de haberse mostrado en público "dans un état de nudité extrème" (en un estado de extrema desnudez) fueron condenados con una multa de 100 francos, "avec sursis" (que sólo tenían que pagar en caso de reincidencia), porque el juez reconoció "le caractère artistique et désinteressé" (el carácter artístico y desinteresado) del desfile.

Els Quatre Gats, 1897, y El Molino, en 1899, ambos en Barcelona, España.
El Armenonville, inaugurado en 1910, fue el primer cabaret famoso de Buenos Aires, Argentina.[
En 1916, el Cabaret Voltaire, en Zúrich, Suiza, fue fundado por los dadaistas.
El Cotton Club de Nueva York fue creado por Jack Johnson con el nombre de "Club DeLux", pero no tuvo éxito, por lo que se vio forzado a venderlo, en 1923, al gángster Owney Madden quien le dio el nombre con el que se hizo famoso.
El cabaret en Berlín años 20 y principios de los años 30
En los años 20 y principios de los años 30, Berlín se convierte en la capital mundial del cabaret, hasta la llegada de Adolf Hitler al poder (Tercer Reich). Muchos artistas alemanes de cabaret se exiliaron por no estar de acuerdo con la ideología, o por ser de origen judío.




Fue la época de máximo esplendor internacional del cabaret, ya que estos artistas pasaron a trabajar en otros países, donde no tenían ningún problema, y los hoteles más importantes de grandes ciudades, como Londres, Nueva York o París, empezaron a tener un cabaret, con orquesta y pista de baile.

El cabaret nació como espectáculo contestatario y vanguardista, pero, al popularizarse internacionalmente, dejó de ser así en muchos casos. El Tropicana de La Habana (1939) y el Lido de París (1946), entre otros muchos, no fueron creados con otra finalidad que la de ser lugares de entrenimiento.

Evolución del significado de la palabra "cabaret"
El escritor español Azorín, por ejemplo, utilizó la palabra "cabaret" para referirse a un lugar público de reunión literaria o artística Pero el significado de la palabra fue evolucionando y, en el siglo XXI, muchas personas, en español, sólo la utilizan para referirse a locales nocturnos que presentan espectáculos de revista o de variedades, seguramente porque el Moulin Rouge o el Folies Bergère fueron mucho más famosos que Le Chat Noir, Els Quatre Gats o el Cabaret Voltaire, y por la popularidad de la película Cabaret de Bob Fosse; sin embargo en otros idiomas la evolución fue diferente: Así, por ejemplo, en alemán, kabarett se utiliza principalmente para los que son de tipo literario o político, y en italiano, cabarettista es un sinónimo de actor humorista.

Los primeros espectáculos de cabaret no tenían prácticamente ninguna semejanza con el music hall, ya que consistían, principalmente, en actuaciones de bailarinas de can-can, cantautores y travestís (y también mujeres disfrazadas de varones), espectáculos que no formaban parte del repertorio habitual del music hall. Además, el can can había sido prohibido por la censura en el Reino Unido (época victoriana). Pero a lo largo del siglo XX, los cabarets fueron ofreciendo espectáculos cada vez más variados, por lo que muchos artistas de music hall también fueron artistas de cabaret y viceversa.
De todos modos, hay países, como el Reino Unido, en los que el público prefería los espectáculos de music hall, o Estados Unidos donde prefería los de burlesque. En España, tuvo más éxito la revista que el cabaret.
Algunas salas de espectáculos, como los tablaos flamencos, a pesar de sus similitudes, no se denominan cabarets porque tienen una historia y una tradición diferentes.


Filmografía
El ángel azul, de Josef von Sternberg, 1930, con Marlene Dietrich.
Cabaret, de Bob Fosse, 1972, con Liza Minnelli.

Casablanca, de Michael Curtiz 1943, con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.

Copacabana, de Alfred E. Green Rati, 1947, con Groucho Marx

The Cotton Club, de Francis Ford Coppola, 1984.http://es.youtube.com/watch?v=OySW9LNBRBg

Crazy Horse de Paris, de Alain Bernardin, 1977.

Gilda, de Charles Vidor, 1946, con Rita Hayworth.

Kleines Tropicana -



Tropicanita, de Daniel Díaz Torres, 1997.

Moulin Rouge (2001)
El cuplé es un estilo musical, ligero y popular, que a veces puede resultar algo grosero y picante.
La palabra viene del francés couplet, que a su vez procede del provenzal cobla. Cobla significa pareja de versos. Según el lingüista Émile Littré, la palabra couplet en el siglo XIX significó en la jerga teatral parlamento o parte hablada. La ortografía couplet se mantuvo en España durante todo el primer cuarto del siglo XX, hasta que se adoptó la hispanización de cuplé.

Historia del cuplé en España
Desde el siglo XVII fueron muy célebres en los escenarios españoles los monólogos cantados por mujeres. Así encontramos, en primer lugar, la jácara y, ya en el XVIII, la tonadilla. Ambas piezas se cantaron tanto dentro de obras de más extensión como por separado, y es aquí donde hemos de buscar el origen del cuplé. A finales del siglo XIX, por la influencia de los espectáculos franceses, se produce una evolución en las tonadillas tradicionales, y así nace el cuplé. Se dice que el primero, La Pulga, una traducción de una canción francesa, fue estrenada por Aurora Bergès en 1893.
Las primeras obras fueron de tono picante, sicalíptico, como se dijo entonces, si bien, ya en 1911, la aparición en escena de La Goya provocó un cambio en este tipo de obras, que se volvieron más decentes, convirtiéndose entonces en un espectáculo para todos los públicos, no como antes, durante el periodo 1893–1911 —en que se denominó a este tipo de teatro «Género ínfimo»—, cuando las representaciones eran, normalmente, sólo para hombres. Con La Goya, como decimos, los «Géneros ínfimos» pasaron a convertirse en «Teatro de Variedades».
Con el paso del tiempo los cuplés comenzaron a pasar de moda, y nacieron otras formas de espectáculo de variedades, como es la Revista, que empezará a triunfar en los años treinta, con títulos de tanta relevancia como Las Leandras, en 1931.
Terminada la Guerra Civil, el nuevo orden político prohibirá el cuplé como espectáculo, pero éste sabrá defenderse de la quema y el tiroteo, escondido bajo dichas representaciones de varietés a lo largo de todo el franquismo. Hoy día muchas de sus letras han sido injustamente olvidadas, pero algunas aún son recordadas por los mayores, que las consideran parte de su lírica tradicional, e incluso por los más jóvenes, que las oyeron cantar a las abuelas.

El cuplé político en España
En el año 1868 nace en España otro género musical de teatro: la revista. Se trata de representaciones en que se ponen de manifiesto una serie de acontecimientos sucedidos en el año en curso. En la representación estaban intercalados unos números musicales cuyo tema tiene que ver con el tema de dicha representación y que por lo general son críticas de la vida política acontecida. Nace de esta forma el cuplé político. Son canciones sarcásticas que proceden del sector liberal y en las que sus oponentes los conservadores son un blanco muy atractivo. Se hacen enseguida muy populares.
Una de las obras más famosas fue la titulada La Marsellesa con libreto de Miguel Ramos Carrión (autor de la popular zarzuela española Agua, azucarillos y aguardiente) y música de Caballero, estrenada en diciembre de 1876. En uno de sus cuplés se dice:
Yo quiero ver cien nobles
colgados de un farol
racimo que en un día
vendimie la Nación…

También en ciertas zarzuelas como La Gran Vía hay canciones-cuplés cuya letra y música obtienen rápidamente un gran éxito y que son difundidas por el público. El coro de calles y plazas dice:
Van a la calle de Peligros
los que oprimen al país
y a la del sordo va el Gobierno
que no quiere oír.
Este cuplé político es una importación de Francia donde fue muy popular desde 1770 y después durante la Revolución.

Intérpretes
Tradicionalmente han sido siempre mujeres, aunque en la época actual (siglo XXI) pueden estar interpretados también los cuplés por hombres y sobre todo por travestis. Suelen ser actrices con voz de tiple, añadiendo una buena figura y rodeadas de una fama de vida desordenada, de lujos y de aventuras. En un principio tenían el nombre de tonadillera, apelativo que subsistió hasta el siglo XX junto con el de cupletista.

Cupletistas españolas
A finales del siglo XIX, con la llegada del music-hall y otros salones, los empresarios montaron nuevos espectáculos con artistas españolas. El empresario Eduardo Montesinos tradujo del italiano un cuplé titulado La pulga que estrenó la cupletista Pilar Cohen con un éxito arrollador y que más tarde interpretarían otras artistas famosas también. El recuerdo de este cuplé duró hasta finales del siglo XX.

Otra cupletista famosa sobre todo durante los años de la Primera Guerra Mundial fue La Chelito, también intérprete del citado cuplé. Después de la Primera Guerra Mundial, las intérpretes del cuplé eligieron temas menos pícaros y más románticos. Es el momento en que convive el término de cupletista con canzonetista y tonadillera.

La mejor intérprete de este momento es Raquel Meller que empezó a actuar en 1908. No sólo en salas y cabarés sino en los mejores escenarios del mundo. Desde 1920 hasta 1936 fue la artista más famosa y con mejor sueldo del momento, se dice que por encima de Maurice Chevalier y de Carlos Gardel. Las crónicas de la época cuentan que era tal su importancia que se llegó a despejar la vía del tren cuando ella viajaba en este medio, que llevaba tres cocineros en su séquito y un equipaje de cientos de baúles. Era invitada y huésped de reyes. Sus éxitos más famosos fueron:

El relicario y La violetera.







Pastora Imperio fue otra intérprete española de gran fama. En su estilo y en sus canciones se adivina ya el género de la copla.

Hacia los últimos años del siglo XIX en Madrid, el teatro musical está en pleno auge. Existen en ese momento once salas que se dedican a este género, entre ellas Apolo, Zarzuela y Eslava. Zarzuelas y sainetes hacen las delicias del público madrileño. Pasados algunos años, estos géneros van decayendo y son sustituidos por los cuplés y las variedades.
En la plaza del Carmen de Madrid había por entonces un frontón que su dueño transformó en local de variedades, llamándolo Gran Kursaal. Allí acudía la bohemia de aquellos tiempos formada por escritores, pintores, trasnochadores, etc. Las artistas del local eran la Fornarina, la Argentina, Pastora Imperio y Mata-Hari.
Junto con el Kursaal se abrieron el Salón de Madrid y el Trianón Palace. En uno de estos locales fue donde se dio a conocer el cuplé de Retana y Yust titulado Un paseo en auto, interpretado por la Chelito, una de cuyas estrofas era coreada y memorizada por el público madrileño:
Tanto sufría yo
al mirar que el ahogo
no lograba que aquello marchara,
que por fin me arriesgué
y al muchacho ayudé
para que su motor funcionara
.


1 comentario:

olgamariaramos dijo...

Muy interesante lo averiguado sobre el origen del cabaret.
También va mi felicitación por el interés mostrado hacia el cuplé, género que adoro al que me dedico como cupletista y "cupletóloga"
Olga María Ramos